Él es Juan Graterol, un caraqueño de Montecristo que vive en Inglaterra desde hace 9 años. Estudió medicina en la Universidad Central de Venezuela, antes de irse era médico rural en El Junquito y ahora desarrolla su postgrado en Frenchay Hospital en Bristol, orgulloso de su país dice que si tuviera los medios para desarrollar un proyecto en Venezuela este sería un programa de becas: “Ese tipo de programa de becas al exterior me parece muy exitoso porque a mí me permitió mejorarme académicamente y personalmente, pero cómo hacer para que tenga un impacto mayor a nivel social es muy difícil porque al final del día todos tenemos libre albedrío”.
A los 17 años se fue a estudiar un bachillerato internacional a Canadá y volvió a su país. 10 años después se fue a Inglaterra.
¿Por qué Inglaterra?
“Porque conozco a una chica que es inglesa, ella vivía conmigo en Venezuela, estuvo en Venezuela casi 6 años. Llegó el momento que ella quería regresarse a Inglaterra y era el mejor momento para salir”
¿Qué hacías cuando llegaste a Inglaterra?
“Cuando llegué daba clases de anatomía mientras arreglaba la equivalencia de medicina. Después comencé mi carrera en el Frenchay Hospital en Bristol.”
Si te pudieras traer una cosa de Venezuela ¿qué sería?
“Coño unas hieleras. Es que se me rompieron y me hacen falta unas buenas hieleras”
¿Conservas algo que hayas traído de Venezuela hace 9 años?
“Sí, las hieleras” (Risas)
Fueron 27 años viviendo en Caracas, caminando la ciudad. “Yo le debo a Venezuela, porque yo le debo mi infancia, le debo muy bellos recuerdos y le debo la oportunidad de salir la primera vez que salí con una beca de Fundayacucho que fue lo que cambió mi manera de ver el mundo y de sentirme más ciudadano del mundo y además, mi educación médica fue excelente en la Universidad Central de Venezuela”
El intercambio cultural que vive una persona cuando sale de un país para vivir en otro siempre marca muchos aspectos de su vida. Para Juan, el sentido de justicia es un tesoro que le gustaría llevarse a Venezuela, pero no justicia legal sino desde la honra. Esta virtud la descubrió en Inglaterra, ese sentido de “no pelearse, de no creer que eres más vivo que el otro sino que todo el mundo tiene derecho y llegará tu turno más rápido si todo el mundo sigue las reglas” dice Juan. Para él, eso hace falta en Venezuela.
Ver una Venezuela desde lejos siempre es difícil, no es sólo un país, no es una extensión de tierra, tampoco son sólo noticias. Verlo desde el exterior también es ver de lejos a la familia, las cosas que pasan en el país.
¿Qué lección te ha dejado Inglaterra?
“Poder ver las noticias y el desarrollo social y político desde otro lente porque no estás viviendo en la situación crítica del día a día y te permite verlo de otra manera, quizá de una más objetiva porque estás afuera. Pero no ayuda tampoco porque no sabes exactamente lo que está pasando”
Mudarse de país siempre requiere un esfuerzo, es un comienzo importante, es un choque incluso cuando regresas a la que fue tu realidad la mayor parte de tu vida. Pero qué quisieras encontrar al volver a esa realidad, es la pregunta “Que no tengas que conocer a alguien para que te resuelva, las reglas tienen que ser estrictas y bien hechas, todo el mundo las conoce y todo el mundo hace su trámite. Y si haces tu cola y nadie se colea llegarás eventualmente a la taquilla sin necesidad de un favor ni de pagarle a un tipo”.